El desarrollo de cebada permitió posicionar al país como uno de los cinco principales exportadores de cebada en el mundo. Asimismo, el crecimiento era notable y para 1925 ya existían 9 sucursales en Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba; y la fábrica de Quilmes era considerada una ciudad industrial.
Durante ese mismo período de crecimiento, entendimos que además de nuestra expansión, a nivel productivo y comercial, resultaba indispensable el desarrollo y progreso de nuestra gente y la comunidad. Fue así que surgieron iniciativas como la creación de la Sociedad de Bomberos Voluntarios de Quilmes (1911), colaborar con la construcción del hospital local (1919), la puesta en marcha de servicios sanitarios y del sistema de agua corriente en la ciudad, fundar la Asociación Deportiva Cervecería y Maltería Quilmes (1921) con el fin de mejorar la calidad de vida de nuestros colaboradores, y desde 1927 dispusimos dentro de la fábrica un cuerpo especial de enfermeros y tres consultorios: uno pediátrico, otro odontológico y un consultorio externo gratuito para el personal.